La ciudad, capital de una esplendida comarca natural, se sitúa en las fértiles Vegas del Tajo y el Alberche.
Una ciudad tan bella que sirvió de regalo de boda para una Reina. Alfonso XI se la entregó como obsequio a Dña. Maria de Portugal al casarse con ella en 1328 y, desde entonces, la ciudad se apellida De la Reina. Hoy la ciudad mira al futuro sin olvidar el pasado.